viernes, 25 de julio de 2014

Éxito y crisis del patrón oro


El patrón oro es un sistema mediante el cual el valor de la moneda de un país es legalmente definido como equivalente a una cantidad fija de oro. Este patrón vino a sustituir al patrón oro-plata, el cual generaba problemas de estabilidad debido al desequilibrio entre ambos metales. En el patrón oro la moneda en circulación está constituida por piezas de oro, o por billetes de banco (papel moneda) que las autoridades monetarias están obligadas a convertir, si así se les demanda, por una cantidad determinada de oro. Además, los individuos tienen la posibilidad de exportar e importar oro libremente. 

Cuando se usa el patrón oro se estabilizan, dentro de una estrecha franja, los valores de las diferentes monedas que aceptan el mismo. Veamos el ejemplo de dos países que han instaurado el patrón oro. En una situación en el que la diferencia entre importaciones (pérdida de oro) y exportaciones (ganancia de oro) es similar para ambos países, el flujo de oro queda compensado. Cuando se produce una situación de inestabilidad, es decir, si un país sufre déficit en la balanza de pagos el propio sistema tiende, de forma casi natural, al equilibrio como puede verse en el siguiente cuadro explicativo: 


Ante una situación de disminución de las reservas de oro por parte de un país, se contraen los precios en el mercado interno con respecto a los de otros países, lo cual alienta las exportaciones y reduce las importaciones, posibilitando así un flujo de oro en sentido inverso. Se genera de este modo, mediante el patrón oro, una compensación automática que provoca la estabilidad del sistema. 

El patrón oro comenzó a generalizarse en torno a 1870 y su aplicación produjo un gran desarrollo del comercio favorecido, además, por las innovaciones técnicas de finales del XIX que ayudaron a estabilizar los precios. Las exportaciones mundiales crecieron alrededor de un 50% entre 1873 y 1879, llegando este porcentaje hasta más del 100% entre 1899 y 1913. El patrón oro funcionaba bien, principalmente porque la facilidad del cambio favorecía las grandes migraciones las cuales atenuaban los desequilibrios entre los países. 

El estallido de la primera guerra mundial supuso la debacle de este sistema. Las destrucciones, la interrupción del comercio, la caída de las migraciones, la pérdida de protagonismo de Gran Bretaña (que había sido el gran estandarte del patrón oro) y el comportamiento atesorador de países como Francia y los EEUU (comportamiento que rompía el mecanismo autoregulador del sistema, al no dar salida a sus reservas) llevó a una situación de colapso. El patrón oro no podía funcionar sin la cooperación de los países que lo adoptaban. Mientras funcionó impidió que las naciones llevasen a cabo las políticas aislacionistas que disminuyen el comercio internacional y tienden a producir un estancamiento riguroso. Tras la caída del sistema surgieron rápidamente políticas nacionalistas discriminatorias, en particular devaluaciones recurrentes y un fuerte proteccionismo, que restringieron el comercio multilateral y ahondaron la crisis de los años treinta.


Curiosa aventura de Popeye el Marino del año 1931 
en el que salen algunas cosas que se aprendieron sobre hiperinflación 
durante la Gran Depresión



Fuente: Nada en Concreto.




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