Estos bienes que conforman las materias primas esenciales de nuestra economía y del mundo, constituyen una alternativa más de inversión para distintos perfiles de inversionistas. En este artículo, describiremos brevemente su naturaleza y proporcionaremos algunas pistas básicas para evaluar la conveniencia de adquirirlos dentro de un portfolio de activos.
Si tuviésemos que hacer una traducción literal del término proveniente del Inglés “commodity”, diríamos que se trata simplemente de un “artículo” cualquiera. Ciertamente esta definición tan amplia no resulta del todo satisfactoria a la hora de entender exactamente a qué tipo de bienes nos estamos refiriendo cuando mencionamos este término. Entenderemos por commodities, simplemente materias primas brutas que han sufrido procesos de transformación muy pequeños o insignificantes. En los mercados financieros internacionales, estos se clasifican en los siguientes grupos básicos: Metales (oro, plata, cobre), Energía (petróleo, gas natural), Alimentos e insumos (azúcar, algodón, cocoa, café), Granos (maíz, trigo, garbanzos, porotos) y Ganado (cerdo, vacuno).
Esta definición nos permite encontrar una característica muy relevante de este tipo de bienes. Se trata de productos muy homogéneos, es decir, muy similares entre sí. Pensemos en un commodity muy conocido por todos; me refiero al oro. Todos sabemos qué es el oro, en qué consiste y que su calidad (si está en bruto) no debiera variar significativamente si este se encuentra en un lugar o en otro. Por ello, su precio tampoco debiera reflejar diferencias significativas. Esto es tan así que de hecho existe un único precio para los commodities a nivel internacional. Por ejemplo, si hoy observamos que el precio del oro está en US$ 273,3 por 100 oz, este sería el precio con el que cualquier comprador o vendedor debiera operar. Algunas pequeñas diferencias, podrían ser el reflejo de costos de transacción, intermediación y transporte (incluido seguros).
Ahora que sabemos en qué consisten los commodities, ¿conviene incorporarlos dentro de un portfolio de inversiones? Lo primero que habría que precisar es que si nosotros creemos que el precio de un cierto commodity va a subir en el futuro, tal vez sería una buena decisión incorporar este producto dentro de nuestro portfolio, dado que si por ejemplo hoy pagamos un precio de $5 por un commodity y mañana este precio sube a $ 7,5, habríamos materializado un retorno del 50%. Este retorno es lo que se denomina ganancia de capital, es decir, ¿de qué manera se incrementó el valor del capital invertido? No obstante lo anterior, algunos commodities presentan altos costos de almacenaje o incluso pueden ser perecibles, lo que virtualmente imposibilita su incorporación dentro de un portfolio. Por ejemplo, si a usted se le propone mantener carne de vacuno en su portfolio porque cree que en el futuro el precio de este commodity va a subir, debe considerar que este producto requiere de condiciones de refrigeración muy especiales y embalaje adecuado de manera de que el contenido no se deteriore. Ello resultará altamente costoso y sin mencionar el estado de descomposición que el producto podría alcanzar en caso de dejar pasar un tiempo excesivo.
Alternativamente, existen commodities que presentan menores costos de almacenaje y que no son perecibles. Tal vez los primeros en el ranking sean los metales preciosos, tales como el oro o la plata. De hecho, es muy común observar este tipo de commodities dentro de los portfolios de inversión favoritos de grandes y pequeños inversionistas.
Ahora bien, ¿cuándo conviene comprar y vender este tipo de activos? Estimados lectores, hay una cosa que he aprendido en estos años dedicado al mundo de la economía y finanzas y es que no existen recetas. Cuando lean o escuchen a alguien proponer un método infalible para ganar dinero, sospechen inmediatamente: ¡Algo anda mal!
No obstante, intentaremos proporcionar una respuesta satisfactoria a esta interrogante. Cuando la economía mundial está en plena expansión, es decir, cuando se espera que en promedio en el mundo la riqueza real tiende a incrementarse, podría ser un buen momento para adquirir commodities y mantenerlos en un portfolio. La razón de esto está en el crecimiento de los países más industrializados. Estos son los grandes compradores de materias primas (commodities) que utilizan como insumos para la elaboración de productos de mayor valor agregado. Si el mundo tiende a ser más rico, es porque tiende a demandar más productos elaborados y, en consecuencia, se demandan mayores insumos para la fabricación de dichos productos. El lector comprenderá que si esto ocurre, nada de raro que el precio de los commodities suba y si usted tenía algunos en su portfolio, habrá obtenido una ganancia de capital.
No es menos cierto que lo contrario también podría ocurrir. Cuando la economía mundial tiende a frenarse, disminuye la demanda por commodities ya que se prevé una menor demanda por productos elaborados. Ello tendría como consecuencia una disminución en los precios de estas materias primas. Cuando esto ocurre, es un buen momento para vender.
Recuerden lo ocurrido con la crisis asiática. Apenas esta surgió hacia fines de 1997, el precio de numerosos commodities comenzó a disminuir, incluyendo lamentablemente nuestro preciado cobre. No obstante, la tendencia contraria se observa en estos días en que el mundo ya se encuentra creciendo a tasas más normales. Tal vez ya se les viene a la mente el alza en el precio del petróleo.
Escrito por: Guillermo Yáñez Castro
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