miércoles, 17 de diciembre de 2014

Todo lo que necesita saber sobre la presunta manipulación del precio del oro





En el mercado bursátil se han dado casos de manipulación desde hace siglos. A lo largo de los últimos años se ha hablado mucho acerca de la (presunta) manipulación del precio del oro. Hoy quiero examinar qué hay de cierto y qué hay de falso en toda esta cuestión y cómo puede afectar al inversor en oro. 

David Ricardo, el gran manipulador 

El 18 de junio de 1815 fue un día para el recuerdo. David Ricardo, irónicamente un economista de renombre, difundió rumores falsos en la Bolsa de Londres acerca del desenlace de la batalla de Waterloo. «Napoleón ha derrotado a los británicos», decía. En el momento en que colocó un gran número de órdenes de venta para dar peso a sus infundios se desató el pánico en el mercado.El plan de Ricardo funcionó. Tras una brusca caída, el astuto inglés compró bonos del gobierno británico a precios de saldo. Cuando se demostró que las noticias eran falsas, los precios volvieron a subir y Ricardo amasó una fortuna gracias a la cual pudo jubilarse a los cuarenta y un años. Con este ejemplo quiero recalcar que la manipulación no es algo nuevo y que soy consciente de que sigue ocurriendo en los mercados. 

¿Qué relación tienen el «mercado físico» y el «mercado de papel» para el precio del oro? 

El precio del oro no ha dejado de caer desde 2011. El oro ha perdido un tercio de su valor y muchos inversores culpan al «mercado de papel». Su precio en el mercado mundial, aducen, se determina en la Bolsa de Nueva York, donde se negocian los contratos de futuros que, sin embargo, no son más que una promesa de entrega futura: meros activos de papel. Lo cierto es que se llevan a cabo muy pocas entregas. Los contratos de futuros en negociación no están respaldados por oro físico guardado en las cámaras acorazadas del COMEX, lo cual permite a «agentes perversos» inundar el mercado con «oro de papel» para alcanzar su objetivo: mantener bajo el precio del oro.El precio del oro ha sido manipulado de esta forma desde 2011 a pesar de que la demanda de oro físico —para acuñar monedas, por ejemplo— es mayor que nunca. 

¿Una explicación convincente para la manipulación del precio del oro? 

Para simplificar, sustituyamos el oro por otra materia prima: el trigo, pongamos por caso. Según el razonamiento anterior se podría lograr que el pan resultase prácticamente gratis manipulando a la baja el precio del trigo independientemente de su oferta física en el mercado. No obstante, todos conocemos los desastres que provocaría este tipo de prácticas: colas interminables en los supermercados, enorme escasez de trigo, y campos abandonados por agricultores a los que les resultaría más rentable quedarse en la cama que salir a trabajar. 

Por otro lado, afirmar que alguien puede vender «cantidades ilimitadas» de oro de papel es incorrecto y se refuta fácilmente. En primer lugar, todo contrato de futuro requiere una contraparte que asuma la posición contraria. No existe un número ilimitado de contrapartes. Si no aparece una contraparte, la «venta» no ocurre. Por eso suelo insistir en el número de posiciones “open interest”, porque su volumen puede ser alto o bajo. 

En segundo, la compra de un contrato de futuro siempre está respaldada por una garantía. Basta que el precio del oro suba levemente para que dicha garantía pierda por completo su valor y se incurra en pérdidas. En ese caso, alguien que poseyera una gran cantidad de contratos de futuro de oro se vería obligado a aumentar la garantía o a liquidar sus posiciones automáticamente, en cuyo caso la pérdida sobre papel sería irreversible. Cabe señalar que el valor de esta garantía ha aumentado notablemente con el paso de los años. 

La cantidad de crédito que se mueve en los mercados financieros actualmente es ingente. Como los inversores pueden usar dicho crédito para comprar valores, la compra de acciones a crédito se ha disparado hasta niveles nunca vistos. La expansión crediticia ha creado las circunstancias perfectas para que próximamente se produzcan en los mercados financieros descensos incontrolados de precios. 

¿Se puede influir en los precios enviando al mercado grandes cantidades de órdenes de compra o de venta? 

Por supuesto que sí, pero el grado de liquidez de los mercados de futuro del oro es tan alto que nadie puede empujar el precio a la baja indefinidamente. Además, todo contrato de futuro expira al cabo de un tiempo. 

Por último, cabe señalar que si el desajuste entre el precio en papel y el físico llegara a ser grande, lo normal sería que apareciesen arbitrajistas que se beneficiaran de ello. El presunto «descalce» de precios entre el oro papel y el oro físico incentivaría fuertemente la compra de futuros para convertirlos en metal. Si usted pudiera comprar oro en Londres a un precio y venderlo a otro, digamos, un 20% más alto, no tendría más que sentarse a mirar cómo dicha diferencia acaba desapareciendo mientras usted se hace rico (casi) sin esfuerzo. El mero hecho de que nadie esté dispuesto a pagar un precio más alto que el de Londres demuestra que esa diferencia no existe. (India no se tiene en cuenta debido a sus restricciones a la importación.) 

396 páginas sobre la manipulación de precios que nadie ha leído 

Nadie habla del informe de trescientas noventa y seis páginas producido por el parlamento y publicado el mes pasado acerca de la presunta manipulación del precio de las materias primas por parte de los grandes bancos. ¿Por qué? Porque sus conclusiones contradicen todo lo que se oye al respecto. A Goldman Sachs se le acusa de mantener los precios artificialmente altos en lugar de bajos. Resulta irónico que se recurra a este caso en concreto para demostrar que el precio del oro se ha mantenido bajo adrede. Lo que Goldman hizo fue justamente lo contrario. Se le acusa, por ejemplo, de crear una escasez artificial de aluminio al haber aumentado desde cuarenta a seiscientos días el plazo de espera para sacar el metal de sus cámaras. Goldman puede hacerlo porque ha comprado la empresa de almacenamiento Metro TradeServices y ahora se beneficia especialmente de los precios más altos que ha pasado a cobrar por los servicios de esta empresa. 

También merece la pena señalar que Goldman Sachs puede aumentar el precio del aluminio restringiendo su oferta, o sea, haciendo acopio de él para sacarlo del mercado. Hacer lo contrario es muy difícil. La jugada clásica, consistiría, por tanto, en volver a vender antes de que los precios bajaran. En la jerga de la manipulación esto se conoce como «inflar y tirar»(pump and dump) y es parecido a lo que hacía Jordan Belfort en El lobo de Wall Street. Los hermanos Hunt se hicieron igualmente famosos por emplear esta estrategia en el mercado de la plata. Sin embargo, su plan acabó fallando y lo perdieron todo. 

Los bancos centrales son los mayores manipuladores del precio del oro 

La mayor manipulación que padecemos actualmente proviene del cheque en blanco que recibieron los bancos centrales en 1971 cuando se rompió el vínculo que ligaba el dinero al oro. No hay mayor manipulación que la de la curva de tipos de interés por parte de ese planificador al que llamamos banco central. 

La semana pasada, el economista jefe del Instituto Holandés de Estadística llegó a declarar que los bajos tipos de interés «pueden considerarse como un cumplido que nos hacen los inversores internacionales», lo cual resulta absurdo si recordamos que los tipos de interés están bajos solo porque el BCE los ha nacionalizado de facto. Lo que importa es el diferencial de los tipos de interés, y dicha diferencia nos muestra que las relaciones en el plano internacional no han cambiado. 

Los bancos centrales pueden aumentar la cantidad de dinero a su antojo y nacionalizar deuda de mala calidad mientras los ciudadanos sigan confiando en su moneda. Actualmente los bancos centrales suministran a los estados cantidades fenomenales de ayuda, por más que no se cuente de esta manera en los titulares de los periódicos. Los tipos de interés al cero por ciento de los bancos centrales de todo el mundo tienen consecuencias económicas desastrosas y provocan una perversa redistribución de la riqueza. Cada caída de precios se compensa con expansión monetaria, y por eso la mayor manipulación es el resultado de la actuación de los bancos centrales. 

¿Qué tal se portará el precio del oro estas Navidades? 

La semana pasada señalé que al oro le había costado romper la barrera de los 1.200 dólares. Tras una caída inicial provocada por el referéndum en Suiza el oro y la plata se recuperaron con fuerza. En un solo día el precio del oro pasó de 1.140 a 1.210 dólares por onza, una formidable subida del 6% en veinticuatro horas. La tendencia, sin embargo, no se mantuvo, y el viernes el precio volvió a caer por debajo de los 1.200 dólares. Es realista esperar que el oro termine este año por debajo de los 1.200 dólares. 



Recomendamos el visionado de este vídeo sobre el tema




Autor: Olav Dirkmaat 



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