viernes, 31 de octubre de 2014

Historia de la mina de mercurio de Almadén




"Almadén Mercurio y Plata" es un mágnifico documental realizado por RTVE sobre la historia de la mina de mercurio de Almadén.

Después de 2.000 años en funcionamiento, desde el 2002 la mina de Almadén se encuentra clausurada, porque a pesar de seguir habiendo cinabrio, mineral del que se extare el mercurio, su producción ya no es rentable. De Almadén ha salido una tercera parte del mercurio producido a lo largo de toda la historia.

El mercurio es un metal liquido y misterioso que fluye como el agua y pesa como la piedra, los Alquimistas le llamaron el agua de la luna. Quien lo poseía tenia el poder de coronar reyes y sostener imperios. Fue durante siglos el cargamento mas preciado de la corona española. El mercurio era necesario para obtener los metales preciosos de la América colonial.

Miles de hombre esclavos y libres se dejaron la vida arrancando mineral en Almadén, el mayor yacimiento de mercurio del planeta. Los árabes le pusieron el nombre que significa ‘La Mina’. Las minas de Almadén son el mayor yacimiento de mercurio del planeta, y este metal fue decisivo, durante casi cuatrocientos años, en la historia económica y política de España.

En el siglo XVI se descubrió que el mercurio era necesario para obtener el oro y la plata de las minas de la América colonial. A partir de ese momento, Almadén se convirtió en un gran centro metalúrgico mundial, y el mercurio en un metal viajero que durante tres siglos atravesó el océano poniendo en contacto el viejo y el nuevo mundo.

Hay una ruta transoceánica del mercurio que abrió una vía de intercambio tecnológico y cultural impresionante que, a finales del mes de junio, podría ser considerada Patrimonio de la Humanidad. El documental “Almadén, Mercurio y Plata” nos acerca a esta historia, y ofrece el testimonio de los mineros jubilados de Almadén. Su relato es el último que nos habla del trabajo en la mina más antigua del mundo. 


Fuente: RTVE

El oro de España


Esta es una historia sobre la búsqueda del metal más codiciado por el noroeste de la Península. 

Dos minas pretenden comenzar a explotarlo allí; otra lo produce a pleno rendimiento. 

Tres puntos de nuestra tierra donde unos vislumbran riqueza, y otros, una amenaza al entorno.


Fundición de un bullón de oro de la mina de El Valle-Boinás en Belmonte de Miranda (Asturias).
FERNANDO SÁNCHEZ ALONSO

La sala tiene algo de quirófano medieval. Hay una mesa de metal magullada. Una maza. Un fregadero viejo y sucio como las paredes. Una báscula sobre una caja fuerte de código y llave que solo dos personas conocen y guardan. Ambas acaban de entrar en esta estancia en cuyo centro se encuentra un horno del tamaño de una perola de campamento con una abertura a la que llaman la “boca de carga”, y que ahora mismo escupe una llamarada naranja de un par de palmos, puntiaguda como la del motor de un jet, porque ahí dentro se está cociendo el infierno. Un termómetro digital en la pared marca 1.157º C. Nos colocamos a este lado de la raya amarilla que marca el perímetro de seguridad; la materia prima del interior de los montes, mezclada con fundentes de bórax y sílice, hierve ya a 1.700º C, y Ángel López, jefe de planta del complejo minero de El Valle-Boinás y Carlés (Asturias), se acerca al horno vestido con un traje plateado de astronauta, introduce una vara por la abertura, en un gesto similar al de quien comprueba el aceite del coche, y la saca recubierta de un grumo incandescente. Lanza la estaca contra la mesa. Eso que parece una culebra de magma es el oro de España. 

Aún tardaremos un par de días en verlo. Este viaje comienza a 200 kilómetros al oeste de Asturias. En Corcoesto, una parroquia del concejo Cabana de Bergantiños (A Coruña), en cuyas colinas algodonadas de helechos se ha buscado este metal desde los tiempos de los romanos y donde las minas las explotaron por última vez los británicos en 1910. Un siglo después aterrizó una empresa canadiense, Edgewater, animada por el burbujeante mercado del valor refugio, con intención de retomar la producción. En ello siguen. Entre permisos y captación de inversores. A primera hora de una mañana de mayo, el nombre de la compañía en España, Mineira de Corcoesto, se puede leer en el lomo de dos jeeps a la puerta del hotel Monte Blanco. En el sótano, los canadienses tienen parte de su cuartel general, donde se ven mapas geológicos desplegados y, en las paredes, secciones de cerros con un tesoro dorado en sus tripas. 

Los buscadores de oro ya no persiguen pepitas. Ni sueñan con vetas doradas. “El oro no se ve”, dice Celso Penche, un geólogo, asesor de los canadienses, que cita a Plinio y las especies del reino vegetal en latín. Sobre el mapa, a modo de pisapapeles, hay un pedazo de roca. Un cilindro de granito segmentado a la mitad. El testigo. Las perforadoras penetran hasta lo profundo de la montaña y extraen un sondeo de roca, como un espagueti, que más tarde se corta, se pule y se analiza en un laboratorio para estimar la cantidad y ubicación de la reserva. El pedazo se parece al sobrante de una encimera. El geólogo palpa su superficie lisa: “En Corcoesto, el metal se encuentra tal y como salió de la tierra. Es de origen hidrotermal. Procede de aguas mineralizadas, del centro de la Tierra, del magma. Cuando estas aguas encuentran un hueco, se precipitan y solidifican”. 

El testigo posee un reflejo azulado de cuarzo y otro plateado de arsenopirita. El oro no se ve. Pero los romanos lo distinguían a la legua siguiendo el rastro de estos minerales. Entre los montes de Corcoesto se encuentra diseminado con una ley media de 1,7 gramos por tonelada de roca, y los hombres de la compañía observan cómo sube y baja su precio a diario porque de esto depende la viabilidad del proyecto. Si siguen adelante y dinamitan (se trata de una mina a cielo abierto), o si abandonan en fase de exploración. Al cierre de este reportaje, el oro se pagaba a 1.260 dólares la onza (31,10 gramos). Pero hace un par de años rozó los 2.000 dólares. En palabras de Celso: “De todos los metales, es quizá el que más fluctúa. Y no es caro solo porque brille. Brilla porque es inalterable. No se oxida. No se asocia con nada. Es duro, pero maleable. Permite cortar láminas finísimas. Se emplea en joyería, y todos los teléfonos móviles contienen oro. Se encuentra en miles de productos, en los contactos de las clavijas de alta fidelidad, en la tecnología aeroespacial, en medicina…”. 

Testigos de los sondeos de oro en los montes de Corcoesto (A Coruña). / FERNANDO SÁNCHEZ ALONSO

Tras la introducción, nos suben a los jeeps y llegamos a un polígono industrial, y el portón de la nave se eleva y descubre hileras de palés con cajas en cuyo interior se encuentran una infinidad de testigos extraídos, analizados, ordenados y clasificados. Parece un estudio arqueológico. A la derecha hay una zona dispuesta a modo de muestrario. Amancio López, director de logística de la empresa, toma un difusor de agua y se acerca a “una vena de las mejores, un bloque de cuarzo macizo”. El día que la encontraron salieron a celebrarlo. La humedad aviva el tono de la piedra. La veta azulada del “sondeo 10E10” cobra intensidad. Pertenece al Pozo del Inglés; hasta donde ellos saben, el saco de oro más abundante de la zona. Así que subimos de nuevo a los todoterrenos y nos dirigimos a la zona cero. 

De camino, percibimos que en la señal donde debería aparecer el nombre de la localidad alguien ha escrito “Contramina”. En Cabana, un nutrido grupo humano ha plantado cara al proyecto, y a cada paso que avanza la compañía, las distintas asociaciones responden con tractoradas, estudios sobre los efectos de la megaminería y recogida de firmas (a finales de mayo presentaron a la Xunta 230.000 en contra); a lo que Edgewater contraataca, por ejemplo, financiando al equipo de fútbol local y plantando su logo en las camisetas. Cuando aterrizamos en el pueblo, los líderes de la Plataforma por la Defensa de Corcoesto se encuentran en Bruselas, denunciando la situación en el Parlamento Europeo. Queda Braulio Amaro, un profesor jubilado de 62 años y ojeras cinceladas, que nos habla, entre otras cosas, de los 17 millones de toneladas de monte que se dinamitarían y de 122 millones de toneladas de escombros. Pero hay quienes se preguntan por aquí: “¿Cómo voy a decir que no a 200 puestos de trabajo?”. A principios de año, la minera anunció un proceso de selección para cubrir 173 puestos futuros, y en cuatro meses recibieron 7.000 currículos. El efecto de la expectativa lo resumía el alcalde de Cabana, Xosé Muiño (PP): “Tenemos 70 habitantes menos al año, la edad media ronda los 50, uno de cada tres es mayor de 65, hay un 30% de paro y mano de obra poco cualificada, quedan 10 explotaciones ganaderas, se abandona el campo, falta relevo generacional… La mina de oro sería como un maná”. 

Tras el cartel de “Contramina”, Amancio López gira el volante y abandona el casco urbano. El pasillo de asfalto surca un túnel de robles y castaños y eucaliptos por cuyos troncos trepan enredaderas. Vamos monte arriba y los helechos penden sobre la vía; el sol asoma un instante entre las nubes cenicientas y golpea en las hojas. En una zona umbría cruzamos el río Anllóns, que desemboca en el Atlántico más abajo. Y cuando la arboleda se despeja, aparece Corcoesto, un conjunto de casas de piedra diseminadas entre prados donde las berzas crecen robustas. De camino, López ha ido resumiendo su vida de buscador de oro, que en el fondo cuenta la historia de la minería reciente en España. Tiene 62 años. Lleva 27 en el negocio. Ha hecho de todo y hoy es la persona que toca a la puerta de los dueños de los terrenos que la compañía quiere explotar. Algunos vecinos le conocen como “el visitador” porque de pronto estás trabajando el campo y aparece Amancio con sus palabras. Así lo recordaba Asunción Amado, de 62 años, cuya vivienda, junto a la que pastan 38 vacas frisonas, queda a los pies de la loma más interesante; habla un gallego cerrado del que se entiende: “Un día apareció Amancio y me dijo: ‘Me dejas entrar en el prado del Molino y te doy 5.000 euros’. Al poco volvió con la carpeta bajo el brazo y me habló del monte de Cudeiro. Dijo: ‘Haríamos siete sondeos; a 400 euros cada uno, mira qué lote ibas a hacer’. Se marchó sin nada. Pero iba contento. A los tres días, estaba yo en el silo y apareció de nuevo. Dijo que doblaba la oferta. Y yo, que no. Y esta vez ya marchó furioso”. 

Amancio comenzó su carrera en Salave (Asturias) en 1981 y pasó seis años sondeando este lugar al borde de la frontera con Lugo, donde siguen en fase de exploración. Y también trabajó unos años en la de El Valle-Boinás, en Belmonte de Miranda (Asturias). Ha conocido los tres puntos calientes del oro en España. “Pero desde que empecé en esto, solo abrió una [la de El Valle]”. En esta última ya coincidió con el asesor Celso Penche. La mayoría de buscadores de oro se conocen. Han trabajado codo con codo, muchos en las filas de Río Narcea Gold Mines, empresa de origen español que cotizaba en Toronto y puso en marcha la mina de Belmonte en 1997 (la cerró en 2006) y exploró un tiempo en Salave y Corcoesto, antes de ser adquirida por una empresa sueca (Lundin Mining) que a su vez vendió los derechos de Salave a un fondo canadiense (Dagilev Capital); y traspasó Belmonte y Corcoesto a Kinbauri, también canadiense, que finalmente reanudó la producción de Asturias en 2011, y revendió los derechos de exploración de Corcoesto a otra compañía con sede en Vancouver (Edgewater). 

El negocio del oro recuerda al juego de las sillas. Los derechos cambian de manos, los sondeos no se detienen y uno nunca sabe cuándo va a llegar el momento de sentarse y meterse en faena. Quizá nunca. La última palabra la tiene la consejería autonómica correspondiente; el Estado es dueño del subsuelo. Y resulta relativamente sencillo que te concedan un permiso de exploración. Obtener el permiso definitivo de explotación ya es más complicado. Y esto se traduce en que “todo el occidente de Asturias está lleno de sondeos”, en palabras de Amancio. Lo mismo ocurre en Corcoesto. Sus colinas recuerdan a un queso gruyère. Las compañías que han pasado por aquí (siete desde 1972) han ido sumando sondeos de un grosor de 63 milímetros y horadando hasta distintas profundidades para trazar un mapa de las vetas más jugosas. Mineira de Corcoesto guarda el registro de 596 sondeos y calcula que se han perforado 88.394 metros de monte. Casi 90 kilómetros de testigos. Colocados uno detrás de otro, cubren el trayecto de Madrid a Segovia. Según sus cálculos, bajo nuestros pies hay 1.150.000 onzas de oro. Pero ahora, frente a una imponente vista de montañas que se vuelven azuladas hacia el horizonte, donde vemos afloramientos de roca con vetillas paralelas de cuarzo –la pista que seguían los romanos–, la conversación gira en torno al cianuro, elemento que la minera usaría en el proceso de lixiviación (se utiliza en la mayoría de explotaciones auríferas). Según el geólogo Celso Penche: “Es un veneno compuesto. Es decir: es fácil eliminarlo. Con tratarlo, desaparece y se evapora. Se trabaja con él en un circuito cerrado. Hay una balsa a la que mandamos el agua que ha pasado por el proceso, pero antes ya lo hemos eliminado. No es tóxica, pero es industrial. No me la bebería. Pero no representa un peligro”. Una vez concluida la explotación, esa balsa de plástico se “termosella”, en palabras de Penche, y se recubre con un “geotextil”, se tapa con tierra vegetal y se queda encapsulada en el paisaje. Como un sobre. Para siempre. 

La balsa de lodos de la mina de El Valle-Boinás. / FERNANDO SÁNCHEZ ALONSO

Moncho Varela lo ve algo distinto. Periodista especializado en medio ambiente, originario de esta tierra, un día volvió a casa y descubrió que o bien organizaba un frente de oposición (la plataforma Salvemos Cabana), o se encontraría con una mina en la puerta. Para la entrevista elige una piedra bajo un crucero al borde del mar, donde las olas rompen con fuerza contra la roca y se ve el imponente estuario del Anllóns y, al fondo, Corme, de donde salen “los percebes más famosos de Galicia”. Allí comienza Varela: “El gran problema es el siguiente: ¿qué ocurre si esa balsa llega a reventar? Porque revientan. No existe seguro civil que cubra el peor accidente posible”. Y cita el de Baia Mare (Rumanía), en el que se vertieron en el año 2000 cerca de 100.000 metros cúbicos de aguas con cianuro de una explotación aurífera y acabaron en el Danubio; y menciona una resolución del Parlamento Europeo de 2010 en la que se recomienda la prohibición del uso del veneno por sus consecuencias “catastróficas e irreversibles” en caso de desastre. “Hablamos de uno de nuestros paraísos bajo residuos contaminados”. La mar ruge y comienza a llover cuando enciende su tableta y muestra un vídeo con “megadetonaciones” de distintas minas a cielo abierto. El documento pone los pelos de punta. “Serían cinco de estas cada semana. Cada una levanta una nube que se esparce en un radio de 15 a 30 kilómetros. Un polvo con químicos del explosivo y fragmentos de roca con arsénico diseminado en partículas invisibles –pero sí respirables– con efectos nocivos sobre la salud. Y en esta zona llueve mucho, el polvo va sedimentando y te lo acabas comiendo con las berzas”. 

Cuando dejamos atrás Corcoesto, diluvia y nos dirigimos a Salave, en el concejo de Tapia de Casariego, localidad que suele llenarse de veraneantes; nuestra primera parada en Asturias. Allí también llevan décadas esperando a que el precio del oro y las Administraciones se alineen con los astros. Tras el paso de ocho empresas desde los setenta, la compañía actual se llama Astur Gold; tiene sede en España y capital canadiense (Dagilev), y un recorrido histórico de 432 sondeos que suman 64 kilómetros de agujeros bajo un terreno llano plagado de caserones y vacas y campos cultivados. Según sus cálculos, la ley media del oro en el subsuelo duplica la de Corcoesto (4 gramos por tonelada) y presumen de ser “el yacimiento con más recursos de Europa”. La visita en este lugar es similar a la anterior. José Valdés, el ingeniero que dirige el proyecto (fue becario en Belmonte con Río Narcea), toma un testigo y también señala un reflejo. “Son los sulfuros. Este yacimiento tiene una peculiaridad. Aquí el oro está asociado al arsénico. Esto fue lo que los romanos no vieron. Se llevaron el oro libre y el oxidado. Pero este no fueron capaces de sacarlo. Hasta hace 10 años, un yacimiento así no era económicamente viable”. La tecnología avanza y el factor precio ayuda. Y aquí también resiste una oposición ciudadana desde hace una década. En las ventanas y los muros se ven carteles y pintadas de “Oro no”. Y la presión ha tenido sus consecuencias, en palabras del jefe de comunicación de Astur Gold: “Las empresas anteriores valoraron una mina a cielo abierto. Así heredamos el proyecto. Lo estudiamos y presentamos otro escenario para evitar una afección social y medioambiental: una explotación subterránea”. La propuesta obtuvo una evaluación de impacto ambiental favorable en diciembre (salvo para la planta de tratamiento y el depósito de lodos y estériles); y aseguran que el proceso con cianuro lo harían “fuera de España”. Pero la oposición continúa. Carmen Fernández, portavoz de la plataforma Oro No, dice que las protestas tienen hoy mayor sentido: “El proceso extractivo sigue in situ y habría reacciones químicas y los metales pesados pasarían al aire y al agua. Una de las explotaciones ganaderas más importantes de la zona se encuentra a 300 metros de la bocamina, por no hablar del ruido y el deterioro del paisaje. ¿Es esta la salida a la crisis, esquilmar recursos y destruir la economía local?”. 

La visita prosigue a bordo de un todoterreno. Paramos en la nave donde guardan los sondeos, un viejo edificio blanco donde se almacenaba el forraje por el que pasaron nueve inversores en el último mes. O eso dicen. Allí destaca una foto colgada en la pared: muestra la plaza del Ayuntamiento de Tapia con una manifestación a favor de la mina. Alguien se ha dedicado a contar a las personas. Suman 720. Continuamos la ruta por el llano, en paralelo a la costa, hacia las lagunas de Silva; encontramos afloramientos y más allá una protuberancia frondosa rompe el paisaje, crecida sobre los huecos artificiales (“las cortas”) de época romana. Hoy son ciénagas cubiertas de eucaliptos donde se oye croar a las “ranucas”. Debajo, a unos 40 metros, comienza el saco de oro. La entrada a la mina quedaría de espaldas al pueblo, al otro lado de la autopista; un túnel de 25 metros de diámetro, “como el de Guadarrama”, dice el ingeniero Valdés. Y se atacaría la roca mediante un sistema de galerías que desciende en espirales unos 300 metros más. Nos lo habían mostrado en una recreación en 3D. Parecía el escenario de un videojuego. En el sitio, poco más hay que ver. Un cartel solitario de “Oro sí” a la entrada del pueblo. De vuelta en la sede de la empresa, encontramos a tres hombres que han venido desde la cuenca minera a entregar su currículo. Es la tercera vez que se dejan caer. “Le ponemos mucho empeño”, dice Tomás Rodríguez, de 29 años, de la parroquia de Beyo (Aller). La secretaria sonríe y comenta que hasta el 12 de marzo habían recibido 9.214 solicitudes. 

Trabajos de perforación para preparar una voladura en la mina de Carlés. / FERNANDO SÁNCHEZ ALONSO

Seguimos la ruta por Asturias. Desde Tapia hasta Boinás, en Belmonte, donde se encuentra la planta de tratamiento de la única explotación de oro abierta en España, hay 100 kilómetros y un último tramo de carreteras serpenteantes bordeando acantilados. Francisco Fimbres, un mexicano de 54 años, corpulento y con bigote, el director general de Kinbauri, las baja a toda velocidad y, mientras el todoterreno culea en cada curva, dice: “El único dinero que se inyecta en una economía viene de la industria extractiva; el resto es la misma moneda dando vueltas”. En el valle, cruzamos sobre el río Narcea y dejamos atrás casonas abandonadas. La bocamina a las galerías de Carlés se encuentra a un paso. Santa Bárbara custodia el acceso. El jeep desciende por una pendiente de 14% y sigue una estructura de caracol, similar a la de un aparcamiento (como la que plantean en Salave). Se detiene en la cota -20, donde una perforadora agujerea los muros y la pared chorrea agua turbia. Huele a desinfectante. Es el olor de la piedra. Al otro lado de la galería, un vehículo Simba hunde su colmillo en el suelo, preparando cavidades para introducir dinamita. Los pedazos los recogen 20 metros abajo. Descendemos hasta la cota -160, donde el calor sube y hay charcos sulfurosos, y Fimbres ilumina una pared que refulge como un nido de luciérnagas. Apenas se ven mineros. Quizá haya 15 o 20 personas ahí dentro. A la salida, el jefe de relevo resume: “Cambia mucho a una de carbón. Esto es más de máquinas”. 

Aspecto del monte explotado de la Mina de El Valle-Boinás / FERNANDO SÁNCHEZ ALONSO

Antes de ser una mina de interior se voló un monte entero. En Boinás se puede ver el cono truncado de tonos ocres en cuyo vértice hay una piscina de agua turquesa. Es la balsa de lodos, en el cogollo de la corta. Kinbauri, que heredó el proyecto de Río Narcea, decidió aprovechar el hueco para ubicarla. Ahí debajo hubo un pueblo, y ahora el agua industrial vierte aquí y vuelve a la planta. Un circuito cerrado. El cianuro, cuenta Fimbres, se destruye antes de llegar al estanque. Al lado pastan caballos por una colina de árboles escuálidos, la vieja escombrera que hubieron de repoblar cuando adquirieron el complejo minero. La colina es del tamaño de la tierra que le falta al monte desaparecido. Pero restándole los 2,8 gramos por tonelada de oro. De todo esto tiene una vista privilegiada Manuel, cuya vivienda y hórreo se encuentran en la colina de enfrente; es el “último” de su generación en Villar de Tejón. “No protestó la gente aquí, en aquel momento se permitió y de poco valen las protestas ahora”. Tocado bajo una gorra en la que se lee “Boavista”, él habla de otro tipo de leyes ajenas a la minería: “Uno le guarda cariño a las vacas, las tiene uno ley”. 

En la planta de tratamiento de Boinás entran 2.100 toneladas de roca al día por una cinta transportadora y lo primero que se encuentran son los dientes de la machacadora, que emite el ruido de un buque de mercancías. Al otro lado salen unas 160 onzas de oro cada 24 horas. Solo se descansa el día de Santa Bárbara (4 de diciembre). Y recorremos el laberinto herrumbroso de molinos y espirales por las que chorrean pedacitos de monte. Mesas que se agitan para depositar el mineral. Piscinas donde flotan burbujas de lodo cobrizo cargado de oro (el 70% de la producción se obtiene por flotación); y otra donde se encuentra el cianuro de sodio (empleado en la lixiviación). 

Ángel López, del complejo minero de Belmonte, con el bullón fundido. /FERNANDO SÁNCHEZ ALONSO

La sala de fusión se encuentra en un extremo de la nave. Al entrar, suben los grados, y Fimbres se lava las manos en la pila (ha estado metiéndolas en todas partes para mostrar las texturas) y deja correr el agua. Ángel López, el jefe de planta, se encuentra vestido de astronauta y ha dejado caer la culebra de magma sobre la mesa. Se acerca al horno y lo inclina, y de la boquilla cae un chorrillo anaranjado y flameante sobre unas lingoteras colocadas en escalones. El líquido parece tener la ligazón del chocolate caliente. La estancia huele a cera quemada. Y tres moldes se llenan mientras sigue corriendo el agua sobre la pila. López toma unas tenazas y agarra uno de ellos. Lo vuelca sobre la mesa. Y allí queda al desnudo un bullón incandescente. Lo empuja hasta la pila de agua, que chilla y escupe una columna de vapor. Lo saca y lo deposita de nuevo en la mesa, y con un taladro enorme bruñe las imperfecciones. El bullón es de un plateado mate y manchado. Rugoso. Del tamaño de un adoquín. Frío e irregular al contacto con la mano. Si lo encuentras por la calle, quizá ni lo cogerías. La báscula marca 13.673 gramos. El 50% es oro. El resto, plata e impurezas. Ahí van unos 300.000 euros del metal más codiciado. Fimbres y López toman cada uno una foto del doré con sus BlackBerry. Abren la caja fuerte y lo depositan. “Para esto trabajan 516 personas”, dice el mexicano. Y de allí lo envían a refinar a Suiza. Pero esa ya es otra historia.


Artículo escrito por: Guillermo Abril
Publicado en: El País Semanal

Las medianas y grandes mineras de oro: un abismo de rentabilidad


Mientras los precios del oro no se mueven del rango lateral descrito en el último mes y medio, las acciones de las compañías mineras de oro a nivel mundial están experimentando cambios muy significativos y fuertes oscilaciones en vísperas de conocerse los resultados obtenidos correspondientes al tercer trimestre de este año 2014. 

Dentro de esta volatilidad en los precios, observamos un hecho especialmente interesante: la diferencia entre la rentabilidad en Bolsa de las mineras medianas y grandes es cada vez mayor, escalando hasta máximos nunca vistos. Mientras que mineras medianas, como ElDorado o Randgold, cotizan con ganancias year-to-date en el entorno del 2,5%, las grandes mineras, como Barrick Gold o Goldcorp, cotizan con unas pérdidas acumuladas desde principios de año cercanas al 15%. 

En este sentido, observamos cómo la diferencia entre tasas de retorno entre la media de las mineras de mejor y peor comportamiento se ha agrandado hasta 115 puntos básicos, una brecha nunca vista hasta el momento en las compañías mineras que integran el índice Standard & Poor’s/TSX Global Gold Sector. 

Esta trayectoria radicalmente distinta de las mineras medianas y las grandes se explica por la dificultad de ajustar los costes de producción en las grandes mineras –huelgas por bajadas salariales, cierre de explotaciones no rentables, ruptura de acuerdos con otras empresas o cierre de divisiones de prospección y extracción– y que implica que estén en pérdidas con un oro por debajo de los 1.250 dólares por onza. En un año, mineras como Barrick Gold han conseguido reducir sus costes medios de producción, pero apenas lo han logrado con el coste financiero como otros costes relacionados con la explotación. 

Hoy por hoy, la minería rentable se encuentra en las empresas de mediano tamaño, las cuales han realizado tanto un proceso de integración vertical con mineras pequeñas como horizontal. Es el caso de Yamana, ElDorado, Randgold o la African Barrick Gold. 



lunes, 27 de octubre de 2014

Los precios del oro caen a mínimos de una semana al caer la demanda como refugio


El precio del oro cayó a un mínimo de una semana, llegando a 1.232,55 dólares la onza el viernes en Londres, ya que la demanda como refugio seguro fue erosionada después de un rebote en la renta variable estadounidense y un fortalecimiento del dólar. Los rendimientos a 10 años del Tesoro estadounidense alcanzaron el 2,25% y los contratos del crudo Brent cayeron un 1% a 86 dólares. 

Tras la publicación de datos estadísticos sobre Estados Unidos, los inversores volvían a evaluar otras opciones como la renta variable que se recuperó y el dólar subió mientras que el oro cayó por la falta de demanda como refugio seguro. “Un mayor apetito por el riesgo y la baja inflación es probable que mantenga débil al oro en el corto plazo”, dijo James Steel, de HSBC, a Bloomberg. 

Los precios de la plata siguieron al oro para terminar casi sin cambios en la semana. El ratio oro / plata celebró su ratio más alto en los cinco últimos años en 1:71.4. La inversión total de plata en la próxima década podría aumentar en 1.000 millones de onzas (31,103 toneladas), según el nuevo informe del Instituto de la Plata (Silver Institute), producido por el Grupo CPM. El ETF gigante SPDR Gold Trust (NYSE Arca: GLD) perdió más de once toneladas de oro esta semana llegando a un total de 749,87 toneladas, su nivel más bajo desde finales del 2008. 

Las ventas de oro en India aumentaron en torno al 20% en medio de la temporada de festivales, de acuerdo con un alto funcionario del país. El aumento de la demanda se refleja en un aumento de la prima de 17 dólares y 18 dólares por onza en los precios de Londres, frente a los 12 dólares de la semana pasada. “Este año los precios eran bajos, el sentimiento era bueno y tenemos un gobierno estable en el centro; todos estos datos ayudaron a impulsar las ventas”, explicó Bachhraj Bamalwa, director de All India Gems and Jewellery, a Reuters. Bamalwa agregó que incluso después del final de los principales festivales de oro del año, la demanda podría mantenerse fuerte debido a la temporada de bodas que durará hasta principios de 2015.


Fuente: BullionVault

jueves, 23 de octubre de 2014

Cómo invertir en oro



Tienes dos opciones para invertir en oro: comprar lingotes o comprar monedas. VIDEO: Practicopedia.

Las mineras en Sudáfrica listas para fusionarse por la bajada del precio del oro


Las mineras de oro de Sudáfrica están listas para fusionarse y hacer adquisiciones, la caída del precio del oro obliga a las empresas a reducir los costes y pagar deudas. “Tal vez hay alguna consolidación inteligente que puede llevarse a cabo a nivel regional”, dijo un directivo de Sibanye Gold Ltd. 

La cotización del oro ha caído un 27% desde el comienzo del año 2013, y esto ha llevado a los ejecutivos a considerar ofertas como una forma de reducir los costes en las minas de Sudáfrica y aislar a los inversores de los riesgos, tales como huelgas laborales. Sudáfrica es el sexto mayor productor mundial de oro. AngloGold Ashanti Ltd. (ANG) fracasó en su intento el mes pasado, de separar sus minas locales de sus operaciones internacionales sólo porque los inversores se opusieron a que se vendieran 2.100 millones de dólares en acciones. “Estamos probablemente con un buen objetivo en este momento” dijo Graham Briggs, Director ejecutivo de Harmony Gold Mining Co. (HAR), el tercer mayor productor de Sudáfrica, en una entrevista la semana pasada. 

“La industria del oro tiene que hacer algo para que podamos beneficiarnos de una combinación de estructuras regionales y generales”, dijo Froneman. “Todos estamos gastando probablemente 1.000 millones de rands al año en gastos generales regionales. No he hecho el trabajo exacto, pero me imagino que podría ahorrar del 60 al 80 por ciento a través de la consolidación”. 

Las operaciones sudafricanas de AngloGold son “una elección obvia”, dijo Briggs. “Casi todos nuestros activos son activos de ex-AngloGold”, dijo. “El mejor momento para vender esos activos es cuando todavía hay un poco de carne sobre el hueso. Usted no desea vender algo cuando está por el suelo porque entonces nadie va a querer comprarlo. Tenemos probada trayectoria en exprimir más de un activo”. 

Los activos sudafricanos son “básicos” para AngloGold, dijo Stewart Bailey, portavoz del tercer mayor productor mundial del metal. “Ellos son de alta calidad y tienen una larga vida útil.” Los activos sudafricanos de la empresa constituyen un tercio de su producción y son generadores de efectivo. Es por eso que, una venta de acciones más de 2 millones de dólares se necesitaba para dividir la empresa, una medida que fue rechazada por los inversionistas, incluyendo fondos de cobertura multimillonarios como el de John Paulson.” “Tenemos que encontrar maneras de ser más fuertes y tener mejores márgenes a estos precios.” dijo Froneman, de Sibanye. 


Fuente: Bloomberg

martes, 21 de octubre de 2014

La bolsa, la India y los suizos podrían impulsar el precio del oro


Los precios del oro podrían subir en las próximas semanas con el nerviosismo del mercado de valores, las celebraciones de Diwali en la India y la posible compra a granel por el banco suizo. Todo esto podría crear una tormenta perfecta para los metales preciosos, aunque improbable con el entorno actual. 

El precio del oro alcanzó el precio máximo del último mes en esta semana. La cotización oro está bastante más abajo de los máximos establecidos en julio del 2011 que llegó a 1.837 dólares la onza. El precio del oro ronda los 1.245 dólares la onza en la actualidad. 

Martin Arnold, director de FX global y estratega de materias primas de ETF Securities, dijo: “El oro se recupera junto a la creciente volatilidad del mercado de valores como huída hacia la seguridad. Los datos débiles de Alemania la semana pasada ponen de relieve la fragilidad de la economía de la zona euro y refuerza el caso para una política expansiva del Banco Central Europeo (BCE), que podría fortalecer la demanda de oro como metal monetario. Al mismo tiempo, la demanda física del oro es probable que aumente como todos los años en las próximas celebraciones de Diwali en la India el 23 de octubre.” 

Durante el Diwali, el festival de la luz en la India, regalar oro se considera un augurio de prosperidad. India es el segundo mayor comprador de oro del mundo, después de China. 

Al mismo tiempo, Suiza va a hacer un referéndum en el cual se decidirá si el banco central suizo (SNB) aumentará sus reservas de oro el próximo mes y si gana el sí en el referéndum podría hacer subir los precios. El 30 de noviembre 2014, el referéndum decidirá si el Banco Nacional de Suiza duplicará a más del doble sus reservas en oro para llegar al 20 por ciento del valor de sus reservas de divisas. También se decidirá si el banco central debería dejar de vender sus metales preciosos. 

Los últimos datos facilitados por el Consejo Mundial del Oro (WGC – World Gold Council) muestran que el banco central suizo tiene reservas de 1.040 toneladas de oro, lo que constituye el 7,7 por ciento de sus reservas de divisas en oro. 

Martin Arnold dice: “Si bien, la probabilidad de la aprobación del referéndum es baja, no es imposible. La probabilidad de su aprobación aumentará a medida que nos acercamos al 30 de noviembre que es la fecha en la que se celebrará. Sin embargo, dado el impacto que podría tener el resultado en el precio del oro, no es algo que los inversores deben ignorar. Si el referéndum tuviera éxito, el SNB tendría que comprar por lo menos otras 1.500 toneladas a precios de mercado, lo que equivale a un 35 por ciento de la oferta total mundial anual de oro (o alrededor de 50 por ciento de la producción mundial de las minas). “Esta demanda es probable que estimule un aumento significativo del precio del oro. 

Independientemente de lo que crean los inversionistas rebuscados, los votantes suizos ya han mostrado tendencias nacionalistas ya este año. “En febrero, los votantes aprobaron en Suiza, por un estrecho 50,3 por ciento, controles sobre la inmigración, poniendo fin a la libertad de movimiento que existía con la Unión Europea desde el 2002. Cabe destacar que el referéndum de inmigración también fue provocado por el mismo partido de derecha que ahora promueve el referéndum que es el SVP.”


Fuente: This is money

viernes, 17 de octubre de 2014

Las importaciones de oro en India crecen por cuatro por el bajo precio del oro


Las importaciones de oro en India, el mayor consumidor después de China, aumentaron más de cuatro veces el mes pasado de septiembre comparado con el año anterior, por los bajos precios del oro. Las compras se estiman en alrededor de 95 toneladas métricas en comparación con 15 a 20 toneladas métricas en septiembre 2013, dijo Bachhraj Bamalwa, director de India Gems & Jewellery Trade Federation. El gobierno aumentó los impuestos de importación por tercera vez en agosto del año pasado, después de que un mes atrás obligaran a los importadores a reservar el 20 por ciento de las compras para la reexportación como joyas. 

India representó el 25 por ciento de la demanda mundial de oro en 2013, las importaciones de oro se han valorado en 3,75 mil millones de dólares en septiembre, un 450 por ciento más que un año atrás, según lo que estima el Ministerio de Comercio. El momento que se considera más favorable para las compras de oro es el festival de Dhanteras, dos días antes de Diwali que tiene lugar el 23 de octubre. Los festivales continúan en noviembre y la temporada de bodas sigue hasta principios de mayo. “Éstas son las importaciones normales antes de Diwali”, dijo Bamalwa en una entrevista telefónica desde Kolkata. “No hay ninguna característica anormal. Los precios han caído en el mercado internacional y esto es bueno para los consumidores de la India”. 

La cotización del oro para entrega inmediata cayó un 6,2 por ciento en septiembre y se redujo a 1.183,24 dólares la onza el 06 de octubre 2014, el nivel más bajo de este año, ya que la Reserva Federal se preparaba para terminar con la compra de bonos. 

El gobierno introdujo controles a las importaciones del año pasado, para detener una ampliación del déficit en cuenta corriente y una declive de la moneda. Los tres aumentos de los impuestos incrementaron el coste de importación hasta el 10 por ciento. 

Los nuevos impuestos estimularon el contrabando y, a raíz de esa situación, la India ha permitido de nuevo a más bancos y comerciantes comprar lingotes en el extranjero, lo que ha disminuido la afluencia ilegal. La joyería y la demanda del oro como inversión en la India cayó un 34 por ciento, a 394,4 toneladas en los primeros seis meses de 2014, según los datos del Consejo Mundial del Oro (World Gold Council – WGC) con sede en Londres. Las importaciones de los últimos tres meses de 2014 hasta diciembre podrían llegar a entre 175 y 200 toneladas, dijo Bamalwa.



¿Valió la pena comprar oro?


Los precios del oro no han sido muy divertidos desde que alcanzaron máximos históricos hace tres años. 


¿Qué ha pasado desde entonces? 

Los bancos centrals emergentes deberían haber parado de comprar oro. Los mineros deberían haber vendido su producción futura en contratos forward para asegurarse los precios récord. Y los inversores en oro deberían haber pasado a la recogida de beneficios... ¡rápidamente! 

El oro se hundió un 20% entre septiembre de 2011 y el último día de ese año. Luego volvió a coger carrerilla para volver a desplomarse un 25% en la primavera de 2013. Desde el pasado año ha estado cotizando plano durante 12 meses, en torno a un 35 % por debajo de su pico de hace tres años. 

¿Deberíamos haberlo visto venir? No lo creo. 

"El negocio sigue fuerte, pero sigue formado por solo una pequeña proporción del público inversor", comentaba Paul Tustain, fundador y CEO de BullionVault en aquella semana loca de 2011. "El oro sigue sin estar en la mayoría de las carteras de la gente. Lo que vemos en el mercado es que los comerciantes están subiendo los precios en busca de abastecimiento, pero nadie está abandonando el mercado. Los propietarios de oro no quieren vender, al menos mientras la situación económica siga amenazando la destrucción del valor de los activos monetarios", añadía. 

Releamos la última frase de nuevo y viajemos con la mente a finales de verano de 2011... 
  • La deuda del gobierno estadounidense fue rebajada por las agencias crediticias; 
  • En Inglaterra se produjeron revueltas y disturbios violentos en pueblos y ciudades; 
  • El experimento de la divisa única europea parecía que iba a explotar al juzgar por las huelgas generales, manifestaciones y escalada de violencia. 

Dicho de otra manera, el desempleo en los "ricos" países de occidente estaba subiendo hasta niveles de Tercera Guerra Mundual. El estado estaba perdiendo control y ya nada estaba "libre de riesgo". 

Claramente, algunos de los traders más avispados eligieron dejar de posicionarse largos sobre el oro. Porque los precios caen cuando las ofertas de venta no se ven correspondidas con ofertas de compra. Y así ocurrió, pero nadie se lo esperaba (aparte de los bajistas permanentes del oro que llevaban diciendo que el oro alcanzaría su tope desde 2009). 

¿Habían sido hinchados los altos precios? No. 

Ni tampoco los compradores de septiembre de 2011 cometieron un error. El surgimiento de precios reflejó la posibilidad muy real de que el inicio de la crisis actual en 2008 era solo el calentamiento de lo que quedaba por delante. Inversores, ciudadanos de a pie y medios de comunicación estaban todos de acuerdo esta vez. La crisis financiera estaba aquí y para quedarse. 

Así que no hay nada de lo que arrepentirse. Comprar oro a los precios de 2011 no fue un "error", aunque cueste verlo a los precios de 2014. 

No hay nada que pueda hacer que la depreciación del precio del oro sea menos dolorosa a día de hoy. Pero si se analiza cada decisión de inversión como una victoria o derrota, aquellas que tienen la intención de actuar como seguro siempre acabarán pareciendo "dinero muerto"... a no ser que el desastre azote. 

Pero, ¿acaso alguien habría preferido que no hubiéramos dejado atrás el estado de la situación financiera mundial de los últimos años? 

¿Alguien prefiere el colapso? 

Aunque el escenario ha mejorado indudablemente, hay muchos economistas que opinan que la crisis financiera no ha terminado todavía. Al parecer, el Banco Central Europeo está de acuerdo, con su nueva decisión de imprimir más dinero para intentar reavivar la economía. 

Y es muy probable que cualquier otra potencia monetaria que haya mantenido el coste del dinero en cero por cinco años consecutivos piense lo mismo. Y por eso, el oro sigue siendo el mejor seguro contra la crisis: siempre hay que esperar lo mejor, pero perpararse para lo peor. 


Artículo traducido y adaptado por María Vengut
Publicado en: Bullion Vault

miércoles, 8 de octubre de 2014

Lingotes de oro doré de las minas



En la mayoría de las minas de oro se procesa el oro en la propia mina. El resultado de ese proceso son lingotes de baja pureza de oro en su mayoría mezclados con plata y cobre, llamados lingotes de oro doré. 

Estos lingotes no suelen tener sellos y no están estandarizados.  

Las compañías mineras mandan estos lingotes de oro doré para ser procesados y fabricar lingotes de una pureza superior a 99.5%. 



Lingotes de oro de fundición y acuñación


Los lingotes de oro tienen diferentes formas, tamaños, pesos dependiendo de la localización geográfica. En occidente generalmente poseen una forma trapezoidal para facilitar el almacenamiento y el transporte. En cambio en la India y Pakistán los lingotes tienen una forma cuadrada y redondeada, en China tienen forma de barquitos de papel. Los lingotes de oro en la antigua China fueron utilizados originalmente como moneda, tienen una forma semejante a un barco, siendo este un símbolo de transferencia de la riqueza de un punto a otro o de una persona a otra. Los utilizaban los emperadores chinos a fin de tener una moneda adecuada para las transacciones del Imperio. 

Los lingotes de oro se clasifican básicamente en dos tipos: los de fundición (cast) y los de acuñación (minted), dependiendo del método empleado. 

El lingote de acuñación se fabrica sobre un cospel cortado de una lámina de oro con las dimensiones requeridas. La marca del ensayador, el peso y la pureza del metal casi siempre se graban en este proceso mediante prensado. 

Los lingotes de oro de fundición se fabrican mediante el volcado del oro fundido en un molde, para que posteriormente tengan la forma deseada. 

En el caso de los lingotes de fundición a su vez existen tres diferentes tipos de fabricación: 
  • 1) Lingotes de oro grandes con pesos aproximados 
  • 2) Lingotes de oro de pesos específicos de hasta un kilo 
  • 3) Lingotes de oro en láminas para la fabricación de lingotes de acuñación 


Los grandes lingotes de oro de fundición como los de 400 onzas con sello ‘Good Delivery’ y los lingotes de oro de 100 onzas de la ‘COMEX División Good Delivery’, generalmente se fabrican con un peso aproximado. El método de fabricación varía del que se utiliza para los lingotes de oro de fundición pequeños con un peso máximo de 1 kg. 

El oro se funde de golpe en un crisol de gran tamaño que puede contener desde 450 hasta un máximo de 30.000 onzas. Normalmente para fundir el oro se utilizan hornos de inducción. 

Se inclina el crisol, y se vuelca una cantidad relativamente pequeña de entre 450 y 2.000 onzas de oro a otro crisol de transferencia, previamente pre-calentado. 

En este lapso de tiempo, se pueden tomar muestras de inmersión (de aproximadamente 1/2 onza de oro) utilizando una cuchara de acero o un tubo de vidrio al vacío, con la intención de verificar la pureza del metal. Los procedimientos de ensayo durante la fabricación varían dependiendo de cada refinador.  

En el paso siguiente, el oro derretido en el crisol de transferencia, se vierte a través de una llama de gas blando, en un molde pre-calentado del tamaño requerido (400 o 100 onzas), generalmente de hierro fundido. 

Durante el proceso de volcado del oro, el molde se coloca sobre una balanza. Cuando se alcanza el peso requerido de oro, cesa el volcado. 

En cuestión de segundos cuando ha finalizado el volcado de oro, se inclina el molde para que el lingote caiga en un tanque de agua para su enfriamiento inmediato. También se puede dejar enfriar el lingote poco a poco en el molde. 

Posteriormente el lingote se coloca sobre un tablón para proceder con un paño suave a su limpieza y eliminar cualquier mancha, después se pesa. 

A continuación se graban los sellos y marcas requeridas como son el número de serie, el nombre del refinador y la pureza analizada del lote de oro del que se hizo el lingote, y en alguna ocasión el peso. 

Las marcas pueden ser aplicadas manualmente, normalmente se utiliza una plantilla que indique las zonas de marcado, los lingotes también se pueden colocar en una prensa donde se graban todas o algunas de las marcas de forma simultánea. 

Cabe señalar que, en el caso de los lingotes de oro de 400 onzas ‘Good Delivery’ , el peso no suele venir grabado. 

Pequeños Lingotes de fundición 

Para fabricar pequeños lingotes de oro de fundición de oro refinado con la pureza requerida y pesos específicos inferiores a 1 kilo, generalmente se utiliza granalla y/o pequeñas piezas de oro cortadas en tiras finas. 

El oro en una o ambas formas se coloca en la balanza y se procede a pesarlo hasta conseguir la cantidad exacta necesaria. Al colocarlo sobre la balanza, el oro se ha de encontrar dentro de un crisol, en el molde o lingotera, dependiendo del método de fabricación. 

Por lo general, la cantidad de oro pesa un poco más que la cantidad necesaria para el lingote de oro. Esto se hace para compensar la pérdida de oro en el proceso de fabricación (por ejemplo, la vaporización, que permanece en el crisol), así como para garantizar que el peso final de lingotes no sea inferior al que específicamente marca el mismo. 

Aunque la mayoría de los lingotes de oro pequeños de fundición se fabrican con un peso específico, cabe señalar que en algunos países también se fabrican con pesos aproximados o variables. 

Método tradicional para la fundición de lingotes de oro: 

Este método sigue siendo utilizado por muchos fabricantes. 

El oro se coloca en un crisol adecuado en tamaño al volumen de oro. Posteriormente el crisol se coloca en un horno de inducción a una temperatura controlada de alrededor de 1200 º C. para su fundición. Si la temperatura es demasiado alta, se pueden producir pérdidas de oro, si es demasiado baja, se solidifica la superficie prematuramente y repercute negativamente en la apariencia del lingote de oro. 

El tiempo de fusión depende de los hornos utilizados. Un horno de inducción, de frecuencia electro-magnética, funde el oro en pocos minutos. Un horno de resistencia, que irradia el calor de una varilla, funde el oro más lentamente. 

En el siguiente paso el oro fundido se vierte rápidamente, sin derramar, en la lingotera apropiada (generalmente de hierro fundido), que ha sido precalentada y revestida con humo de carbono o grafito. 

En caso de un excesivo pre-calentamiento, el recubrimiento del molde o lingotera se evapora o se quema, y pueden aparecen a posteriori pequeñas cavidades antiestéticas sobre la superficie de la base del lingote. Mientras tiene lugar el vertido de oro, se dirige una llama de gas suave, de entre 800 a 900 º C al molde, para que la superficie superior del lingote solidifique. Esto garantiza no sólo que la superficie superior será lisa en apariencia, sino que cualquier tipo de contaminante residual se queme durante el proceso de vertido. 

Al igual que sucede en el proceso de fabricación de muchos lingotes de oro grandes, el molde se inclina para que el lingote resbale en un tanque de agua para su rápido enfriamiento. Posteriormente se retira el lingote del agua, se coloca sobre una mesa, se limpia y se pesa. 

Si el lingote de oro pesa más que el peso requerido, el exceso de oro se elimina a través del esmerilado, si el peso es menor el lingote es rechazado y vuelto a fundir. 

Método moderno de fundición de oro: 

Método que permite fabricar muchos lingotes de pequeño tamaño al mismo tiempo mediante procedimientos automatizados. 

El oro en granalla o piezas se coloca en un molde del tamaño requerido. Se agrupan varios moldes y se colocan después en un horno de inducción, y se funden a una temperatura controlada de alrededor de 1200 º C. Cuando el oro se ha fundido, se empujan los moldes poco a poco a través de un túnel de enfriamiento. Al salir del túnel, se retiran los lingotes, se limpian y se procede a pesarlos. 

Como ocurre con el método tradicional, cualquier exceso de oro se extrae siempre de una de las esquinas del lingote de oro a través del esmerilado con una maquina lijadora. 

Marcas y Sellos 

Los lingotes de oro certificados están grabados, con el número de serie, sello del refinador, pureza, peso y año de fabricación. 

Una prensa hidráulica aplica normalmente todas o algunas de las marcas al mismo tiempo. Como alternativa, las marcas pueden grabarse de forma manual, martillando cada lingote individualmente. Si se requiere un número de serie, el número se aplica normalmente mediante la colocación de los lingotes en una máquina que lo sella con un número secuencial. 

Ensayo, el análisis que determina la pureza de los metales preciosos 

Los procedimientos de certificación del peso y pureza antes y después de la fabricación pueden variar entre las diferentes refinerías y se denominan ensayos. Normalmente el oro, utilizado en forma de granalla y láminas cortadas se ha ensayado antes de la fabricación de los lingotes. Asimismo se verifican lingotes seleccionados al azar. 

Lingotes en láminas 

Los lingotes laminados, utilizados para la fabricación de lingotes de acuñación, se pueden fabricar de dos maneras, ya sea en moldes de hierro fundido o en un máquina de fundición contínua. 



La marca Good Delivery


La homologación “Good Delivery” se otorga en el LBMA (London Bullion Market Association). Mercado de oro físico de Londres que fija la cotización a nivel mundial.

Los fabricantes de lingotes homologados con esta distinción, pasan por unas severas pruebas que garantizan la altísima pureza de sus lingotes de oro y plata (999,9 en oro y 999 en plata).

Los lingotes “Good Delivery” se pueden intercambiar fácilmente en el mercado nacional e internacional, evitando así análisis y pruebas de autenticidad que sería obligado hacer en otro tipo de lingotes.

Puede consultar el listado de los fabricantes homologados en:

http://www.lbma.org.uk/pages/index.cfm?page_id=147&title=good_delivery_lists  



martes, 7 de octubre de 2014

La reina de las monedas españolas: La onza pelucona


En la etapa de los Austrias y los Borbones hasta la Revolución del 1878 las unidades representativas, ya lo hemos comentado en otras ocasiones, eran el maravedí, el real y el escudo según el metal empleado. La primeras piezas americanas de oro conocidas son del 1627, concretamente doblones (2 escudos) de ceca de Nuevo Reino de Granada, actualmente Colombia. 

Hoy hablaremos de la pieza máxima, los 8 escudos u onza, y nos vamos a detener con una onza de Carlos III de 1784 acuñada en Lima. La primera onza americana es de 1659, precisamente de la ceca de Lima. 

Es la moneda reina de la numismática española por su tamaño, por su valor y por su belleza. El pueblo rápidamente la denominó onza y pelucona. El apelativo de onza viene determinado por el peso. Sería una perogrullada decir que una onza pesa una onza, pero así es. La onza es la doceava parte de la libra (327 gramos), y su peso legal debía ser 27´064 gramos, con un diámetro de 36-37 mm. aproximadamente. 

El segundo apelativo de pelucona se debe a la peluca que introdujo Felipe V, su padre, al puro estilo francés. 

Con respecto a la ley empleada en su fabricación fue cambiando a la baja. La Ordenanza de 1728 normalizó la situación con monedas de oro de 22 quilates (de 24 partes 22 son de oro), y en 1771, ya con Carlos III, pasa a 21´42 quilates. Una onza de oro es un tesoro siempre. 

El retrato de Carlos III que aparece en ésta es el séptimo y último que vemos en las onzas, y lo encontramos en todas las cecas de ese momento que emitían oro, tanto peninsulares (Madrid y Sevilla) como americanas (Guatemala, Méjico, Nuevo Reino, Popayán, Potosí, Santiago y, como ésta, Lima). 

La Pragmática de 29 de mayo de 1772 establece los tipos a fabricar a partir de ese momento, y concretamente dice así para los escudos: “...mi Real busto, armado, vestido y con manto real y alrededor estas letras Carol III D G Hisp. et Ind. R y debajo el año que se fabrique”. Pues esa frase es exactamente la que nos encontramos: 

Anverso: “CAROL III D G HISP ET IND R - 1784” “Carlos III por la Gracia de Dios, Rey de las Españas y de las Indias” 
Reverso: “IN UTROQ FELIX AUSPICE DEO – LME – MI – 8 - S “Bajo la mirada de Dios, felices en uno y otro mundo” 

La ceca aparece como LME en anagrama, Lima, y las iniciales MI son las de los ensayadores Manuel Iglesias Abarca e Ignacio Zerón Gálvez, que estuvieron en el cargo desde 1780 a 1787. Y por último 8-S, 8 escudos (S, la inicial de scutus, escudo en latín). 

El reverso es precioso: Un escudo de dominios que encontramos en muchos edificios públicos de la época, con las siguientes armas, comenzando por arriba a la izquierda y siguiendo hacia la derecha: Aragón, Dos Sicilias, Austria, Borgoña (moderno), ducado de Toscana, Brabante, Tirol, Flandes, Borgoña (antiguo) y ducado de Parma. En el centro Castilla y León alternados, y abajo Granada. Y totalmente en el centro, las tres flores de lis de Anjou. Encima la corona real, y alrededor el collar de la Orden del Toisón del Oro, de la que es jefe el rey de España. 

Las piezas de oro de este sistema son: 8 escudos (onza), 4 (media onza), 2 (doblón), 1 y ½ escudo (durillo). La pieza menor correspondía al duro de plata antiguo (8 reales) Como referencias, La Carlota y La Carolina fueron fundadas en 1767, La Luisiana un año después, y el Motín de Esquilache se produjo un año antes. Y muy interesante la leyenda del reverso.


Moneda de oro española anterior a las peluconas. Acuñada en Lima por Felipe V en 1736 con la tipología de los siglos XVI y XVII. La tipología conocida como doblones (2 escudos) de los piratas




Algunos ejemplos de monedas de oro españolas "peluconas" de los siglos XVIII y principios del XIX de los reinados de: Felipe V, Fernando VI, Carlos III, Carlos IV y Fernando VII.



Carlos III 1786

Fernando VI 1759 con peluca pero sin armadura

Fernando VI 1759 con armadura y peluca larga sin coleta
Fernando VII 1815 con peluca a la antigua como los reyes anteriores

Carlos IV 1789 con bastante parecido al busto de Carlos III de monedas anteriores

Carlos IV 1801



Felipe V 1732 con peluca más larga y sin coleta
Fernando VII 1811
Fernando VII 1811 tipo busto emperador romano con corona de laurel y sin peluca
Curiosa moneda de oro de Fernando VII de 1808, de las primeras de su turbulento reinado. Sin peluca y con armadura

Fernando VII acuñado en Chile de uniforme militar inspirado en los retratos oficiales del Ausente llegados a América





Ponemos esta moneda de 320 reales (320R equivalente a 8 escudos) de 1822 del Trienio Constitucional y la leyenda: FERNANDO 7º (En números arábigos en vez de romanos) POR LA GRACIA DE DIOS Y LA CONSTITUCIÓN / REY DE LAS ESPAÑAS como final de una historia fabulosa cuando se pierde el imperio en el continente americano. En este caso el busto del rey ya no aparece con peluca a la manera antigua sino a la manera de las monedas napoleónicas con el "pelo tirao p'alante" como dicen con cierta sorna los numismáticos.






Para que se aprecie mejor la contundencia y el valor de la onza pelucona española (8 escudos y la pieza más grande de oro del sistema monetario del Imperio Español) ponemos un conjunto de imágenes todas de la misma moneda. Sin duda cualquiera que tuviera una moneda como esa se sentiría bastante satisfecho.


Busto de Carlos III con peluca y Armadura. Año 1781


Escudo de la Monarquía Hispánica y la inscripción 8S ( Escudos)


Cogida con los dedos de la mano vista de cara. Observar el cordoncillo del canto


Cogida con los dedos de la mano vista de cruz


Tabla con las características de los escudos de oro españoles
La onza pelucona es la más grande 8 escudos





Publicado en la revista El Barrero en diciembre de 2007