24 octubre 2018:
En días como este martes, hay inversores que no solo sacan su dinero de la bolsa y lo guardan bajo el colchón, sino que, en su retirada, tratan de aprovechar los problemas para invertir en los activos que habitualmente se comportan bien cuando el miedo acecha a los mercados. Ante el aumento de la volatilidad y las caídas de las bolsas que se vieron este martes, muchos inversores optaron por entrar en el activo refugio más ortodoxo: el oro.
El metal precioso llegó a rebotar más del 1,3% durante la jornada, tocando los 1.237,8 dólares por onza en el día, el nivel más alto que alcanza desde el pasado mes de julio. Las incertidumbres que han surgido durante el verano están viniendo bien al metal: desde los mínimos de agosto, en los 1.176,2 dólares, el recurso básico repunta un 5,2%, alimentándose del temor que ha minado los ánimos de muchos inversores.
Sin embargo, el metal no fue el único activo que funcionó, como suele ser habitual, como escudo contra los problemas. La renta fija también recibió compras generalizadas durante la jornada. Fue especialmente fuerte la subida en precio y caída en rentabilidad que experimentó el T-Note, el bono estadounidense a 10 años, que, a media sesión de bolsa estadounidense, se movía en el 3,12% de rentabilidad tras caer esta 7,7 puntos básicos en el día. En Europa, los títulos de deuda de Reino Unido fueron los que más cayeron en rentabilidad: 5,4 puntos básicos. El Bund alemán, con vencimiento a 10 años, cayó 3,8 puntos básicos hasta el 0,41%, mientras el francés lo hizo en 3,3 puntos básicos, hasta el 0,78% de rentabilidad.
El dinero corrió el martes hacia la renta fija de forma general, pero hubo una excepción que confirma la regla: el bono italiano. El título transalpino acusó que Italia sea uno de los focos que están generando incertidumbre entre los inversores, y fue el único que recibió ventas durante el día, subiendo su rentabilidad 9,8 puntos básicos hasta el 3,59%, sin llegar a perforar los máximos del año que se vieron la semana pasada en el 3,68% de rentabilidad.
Además del oro y la renta fija, el yen también cumplió con el repunte que suele experimentar cuando llegan los problemas. La divisa japonesa, por el atractivo carry trade que presenta (endeudarse en yenes por los bajos tipos, y usar ese dinero para invertir en otros mercados), recogió una parte importante del dinero que salió de las bolsas. La moneda japonesa fue la más alcista del día entre las 10 divisas más cotizadas del mercado, con un repunte del 0,5% frente al dólar, y del 0,3% en el cruce que mantiene con el euro. Su subida más discreta la experimentó frente a la libra, del 0,2%.
Análisis de: Victor Blanco Moro
Publicado en: El Economista
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