La pregunta que sobrevuela el mercado es si el rally ha sido un tema puntual y lo cierto es que se han unido varios factores que hacen pensar que el rebote ha venido para quedarse
Palet de lingotes de oro (Efe) |
22 octubre 2018
Hacía tiempo que el foco de atención no se dirigía hacia el oro. No en vano, con los bancos centrales dándole a la manivela de hacer dinero y la economía marchando, todo el apetito inversor buscaba saciarse en la renta variable, llevando las bolsas, en concreto las estadounidenses, a máximos históricos. Sin embargo, el susto que vivieron los parqués la semana pasada con el desplome de Wall Street ha colocado al metal precioso de nuevo en primera línea de la información financiera.
No en vano, el jueves protagonizó la mayor subida diaria desde 2016 y tras el rally de la última semana se ha situado en máximos desde julio. Pero la pregunta que sobrevuela el mercado ahora es si ha sido un tema puntual o tiene recorrido en el tiempo y lo cierto es que se han unido varios factores que hacen pensar que el rebote del oro ha venido para quedarse.
Así, desde un punto de vista técnico, Darío García, de Trade Brokers explica que "el oro lleva varias sesiones bailando en su media móvil de las últimas 100 sesiones, en los 1.225 dólares, que es una resistencia fuerte. Si se mantiene en estos niveles, esta resistencia se convertirá en soporte y si se consolida, el siguiente nivel al que se irá inexorablemente serán los 1.250 dólares".
Y no es difícil que se mantenga así. Por un lado, cuenta con el factor incertidumbre a su favor, tanto política como económica. En el primero de los casos, con varios frentes abiertos, desde las tensiones con Arabia Saudí por la crisis diplomática desatada por el asesinato del periodista Tamal Khashoggi, pasando por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit o el pulso entre Italia y Bruselas a cuenta de los presupuestos de la tercera economía de Europa.
Eso mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado sobre la amenaza que suponen las políticas proteccionistas que amenazan con hacer "descarrilar la recuperación", al tiempo que la retirada de los estímulos de los bancos centrales y las subidas de tipos de interés de la Reserva Federal drenarán liquidez del sistema y, por tanto, enfriarán la economía.
En este sentido, Maxwell Gold, director de estrategia de Aberdeen Standard Investments, ha asegurado en una nota a sus clientes que el "sentimiento por el oro puede aumentar dado el incremento del riesgo en la renta variable". Y continúa: "Este momento es atractivo para abrir posiciones con inversiones de oro para cubrirse ante kas preocupaciones por la volatilidad de las bolsas y añadir diversificación a la cartera".
A esto hay que sumar otro aspecto que también juega a favor del repunte del oro y que no se está teniendo tanto en cuenta y es que muchos hedge funds se han quedado pillados en el reciente rally del metal precioso. Tal es así que justo la semana anterior los bajistas aumentaron sus posiciones cortas netas en los futuros del oro hasta máximos de 2009, según los datos de Bloomberg.
Ahora, la presión por el alza de precios les va a obligar a deshacer las mismas y de ser así, los precios se van a ir más hacia arriba. Tanto que la última vez que los hedge funds mantuvieron sus posiciones durante un periodo largo de tiempo, en el momento de deshacerlas el precio de la onza rebotó un 10%.
Por todo ello, desde Goldman Sachs apuntan a que "los fundamentales están empezando a cambiar, entre otros está el hecho de que parece que el dólar está perdiendo parte de su momentum" y sitúa el precio del oro en los 1.250 dólares en tres meses, en 1300 dólares en seis y en 1.325 dólares a un año vista.
También desde Julius Baer se reafirman en su apuesta por el metal precioso que "se está beneficiando de un debilitamiento del dólar y el retorno de la demanda de protección". Mientras que en Commerzbank esperan "ver compras técnicas que empujen el precio más hacia arriba aún", tanto como los 1.300 dólares para finales de 2018 y que alcancen los 1.500 al cierre del trimestre de 2019.
Articulo de: María Igartua
Publicado en: El Confidencial