En el día de ayer, el Banco Central Europeo decidió seguir los pasos de la Reserva Federal de los Estados Unidos en términos de expansión monetaria, eso sí, siete años después y con un exceso de liquidez en el Eurosistema por encima de los 100.000 millones de euros. En resumen, el BCE ha decidido bajar los tipos de interés hasta el mínimo del 0,05% a través de penalizar en 10 puntos básicos más la facilidad marginal de depósito.
Al contrario de lo que se pensaba, los valores refugio no han reaccionado ante esta medida, más bien han hecho todo lo contrario. El precio del oro cerró la sesión de ayer con una caída del 0,4% mientras la plata se dejó un 0,3%. Los metales preciosos, el bono alemán y el franco suizo están más preocupados de la inminente subida de los tipos de interés en Estados Unidos más que lo que pueda hacer o dejar de hacer el BCE.
La bajada de los tipos de interés ha venido acompañada de un cambio de discurso ciertamente notable. Mientras en la reunión del pasado mes de junio, el presidente del BCE Mario Draghi aseguró que el BCE contaba con instrumentos suficientes para evitar que el crédito a largo plazo que se emitiría bajo las llamadas LTRO se fuera a crédito hipotecario y deuda pública, en la reunión de ayer reconoció la realidad e impulsará el crédito a través de la compra en mercado primario (en el mercado de emisiones) de cédulas hipotecarias y otras titulizaciones privadas (llamados ABS) y deuda pública en titulizaciones como los covered-bonds.
El calendario de actuaciones todavía no ha sido anunciado, aunque se espera que para la próxima reunión, el BCE diga exactamente cuánto va a comprar y cómo lo va a hacer. El mercado de títulos privados como cédulas hipotecarias es en Europa ciertamente estrecho y muy opaco, circulando por él apenas 800.000 millones de euros. Este “QE” a la europea nada tiene que ver con el americano, ya que en Estados Unidos, el mercado de asset-backed securities (las siglas de ABS) es tan grande como el mercado de deuda pública.
Nos enfrentamos, por tanto, a una época en la que la liquidez abundará aún más que en este momento, en el que el crédito seguirá sin llegar al sector privado por la falta de capital de los bancos (el último informe de Goldman Sachs afirma que la banca europea necesita, al menos, 51.000 millones de euros más de capital) y en la que el EUR/USD se desplomará hasta niveles cercanos a 1,20, con lo cual se elevará sustancialmente la factura energética y el encarecimiento de las importaciones junto con el poco empuje de las exportaciones, llevará a un agujero en el saldo por cuenta corriente.
Fuente: © OroyFinanzas.com
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