Hoy la gente asocia lo brillante con la riqueza y la ostentación, basta recordar que nuestros antepasados asociaron el agua con el lujo y el bienestar, ya que poseerla era una verdadera fortuna.
Esto nos hace pensar que la evolución humana nos hizo decantar por algunas preferencias, pero que a su vez, estas preferencias también han evolucionado. De cualquier manera, los investigadores sostienen que hay que reconocer que a pesar de nuestra sofisticación y progreso como especie, todavía seguimos siendo atraídos por cosas que se relacionan con nuestras necesidades más básicas, la necesidad de agua en este caso.
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