El gobierno de la India estima en cerca de 20.000 toneladas de oro la cantidad que están en manos privadas, 2.500 de las cuales pertenecen a los principales templos hindúes. Un patrimonio brutal en oro físico que pretende rentabilizar con nuevas medidas.
El primer ministro de la india, Narendra Modi, en su objetivo de construir una economía nacional, capaz de llegar a competir con China en el futuro, ha puesto su mirada sobre las miles de toneladas de oro que existen en el país y que permanecen “inactivas”.
La apetencia de oro, por parte de los indios, es tanta que las importaciones del metal han representado en los últimos años el 30% del déficit comercial del país. El oro importado no se compra y vente sino que permanece, en forma de joya, entre los consumidores finales.
Y ahora, el equipo económico de Modi señala este “oro inactivo” y planea la forma de moverlo hacia el comercio y la inversión. El próximo mes de mayo se espera lanzar un plan gubernamental para que los poseedores de estas joyas puedan depositarlas en los bancos y recibir un rendimiento económico, en estas nuevas “cuenta de metal.” También hay planes para emitir bonos de oro, y, por primera vez, emitir monedas de oro fungibles para el uso cotidiano.
Sin embargo, la propuesta de las “cuentas de metal” bancarias se enfrentará a los viejos hábitos arraigados en la sociedad india y su relación con la tenencia de oro físico. De hecho, ya existe un debate a favor y en contra de la medida. Jayanth Sinha, Ministro de Hacienda, comparte que estas costumbres populares están muy arraigadas en la sociedad “a través de cientos y miles de años” pero la medida propuesta “tiene lógica comercial” para los ciudadanos o templos, si se logra obtener un rendimiento sobre el oro que mantienen inactivo.
Los templos hindúes no son muy partidarios. Y ven la propuesta como una intromisión del Estado en sus asuntos. Una opinión compartida por partidos políticos alineados con el del propio Modi. “Durante miles de años, la sociedad hindú ha donado este oro a los templos cuyos fideicomisos han salvaguardado la riqueza”, señala Vyankatesh Abdeo, aliado del gobierno pero discrepante en este asunto. “Es absolutamente incorrecto. La riqueza de los templos es de Dios, no del gobierno”.
Para el representante del Templo de Mahalakshmi, Padhye, la medida propuesta es mala porque las donaciones recibidas, a lo largo del tiempo, para honrar a las distintas deidades, no pueden perder su uso original. “No vamos a renunciar a nuestro oro”, manifestó al respecto. “No vamos a cambiar nuestra posición. ¿Quién soy yo para derretir estos adornos –milenarios en algunos casos- donados por devotos con tanta emoción?”. Aunque esta postura no es extensible ni unánime en el conjunto de los templos hindúes.
Narendra Murari Rane, presidente de otro de estos lugares de culto y oración, ha manifestado que está “esperando a ver” las condiciones del gobierno y estudiar la rentabilidad de la medida. “Si los beneficios obtenidos resultan mejores que nuestro actual sistema de subastas propias, quizá podemos considerar la medida”.
Fuente: IndiaTimes y Oro y Finanzas
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