Comparativa entre el euro y el oro hasta mayo del 2015. |
Mucho estamos hablando últimamente de energía, de petróleo, de fracking… de guerra de divisas, de intervención de Bancos Centrales. Este último año los metales preciosos aparecen como aletargados, sin demasiada atención en los medios. Pero que no salgan en el papel de los periódicos no significa que haya disminuido su papel en el teatro económico. Aliados de la deflación y enemigos de los Bancos Centrales, los metales preciosos siguen de forma inexorable las evoluciones del mercado.
No se menciona en los medios que el oro haya tenido una gran revalorización. De abril de 2014 a abril de 2015 la onza de oro ha oscilado de manera lateral alrededor entre los 1300 y 1200 dólares, finalmente descendiendo un 7%. Pero como decimos, esa valoración se refiere a “dólares”.
Para quien denomine su riqueza en euros, la onza ha subido en el último año de 950 a 1100 euros. Aproximadamente un 15% de rentabilidad, si se puede llamar así, lo que no está mal. Sin embargo, ya hemos dicho que los pobrecitos que lleven sus cuentas en dólares no se han beneficiado de esta subida, más bien han soportado un 7% de pérdida.
¿Son así las cosas? Los ahorradores en euros rápidamente nos damos cuenta de que no es que el oro haya subido, es que el euro ha bajado. Y los 300 millones de europeos no parecen demasiado preocupados porque se haya evaporado el 20% de su patrimonio. ¿O es de su deuda?
En el postcapitalismo-deudalismo la norma es que el actor sea alguien muy endeudado (Estado, empresa, algunos particulares…) y el ahorrador sea un mero espectador pasivo (trabajadores y particulares fundamentalmente). Al actor le favorece una devaluación de la moneda, y el espectador no suele ser muy consciente del expolio patrimonial al que le someten los actores con sus trampas monetarias.
La economía es esa ciencia fabulosa en la cual la unidad de medida fluctúa según las manipulaciones y oscilaciones del mercado. Imaginemos una disciplina técnica, como la ingeniería, en la cual la unidad de medida cambiase de un día a otro. Imaginemos que un ingeniero diseña o construye un edificio y que la medida del metro varía con los días. Un día el metro son 90 centímetros, al día siguiente 110 centímetros… ¿no nos parecería algo de locos?¿cómo se podría trabajar con algo así? Sin embargo nos parece natural que suceda con el dinero. Es más, aceptamos que nuestro trabajo se nos pague con esa moneda, de medida variable e indeterminada.
Las bajadas de tipos del Banco Central Europeo y sus QE (Quantitative Easing) han destruido un 20% de los ahorros de los europeos. Es el daño colateral de seguir inflando las bolsas y mercados financieros, y de paso evaporar un 20% de las deudas de los Estados. Pero no pueden con el oro. Quiéranlo o no Draghi y su equipo, el oro sigue siendo el patrón que delata sus maniobras, por mucho Bretton Woods que liquidasen.
Escrito por: Antonio Cavero
Publicado en: © OroyFinanzas.com