Billete de banco ruso de 500 rublos. |
Mucho se está especulando sobre un posible plan de Rusia de crear un rublo basado en el patrón oro, pero lo importante sería saber qué tipo de patrón oro se implementa. La adopción de esta medida podría tener notables consecuencias; detener la caída del rublo, aumentar el poder adquisitivo de Rusia en el extranjero y desafiar la hegemonía del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial.
En un artículo del Instituto Mises, escrito a principios de este mes se explora una posible vuelta al patrón oro en Rusia, así que hemos querido profundizar sobre esta idea añadiendo nuevas noticias desde el punto de vista ruso.
¿Está Rusia planeando una moneda basada en el patrón oro? La “tormenta perfecta” reúne inestabilidad geopolítica, aislamiento diplomático, castigo de los mercados al rublo y el declive económico. Estos hechos han erosionado profundamente la posición internacional de Moscú y posiblemente para mucho tiempo. Sin embargo, son estos mismos factores los que pueden impulsar el liderazgo de Rusia, a nivel mundial, y transformar al país en una potencia indiscutible. Siempre que la moneda rusa estuviera ligada al patrón oro.
¿Qué implicaciones tendría una remonetización del oro y un posible rublo basado en el patrón-oro?
En primer lugar, ¿ese respaldo de la moneda tendría un contravalor del 100% en oro o el porcentaje sería un menor, utilizando una reserva fraccionaria? ¿Cómo podría cambiar la gente sus rublos por oro? ¿Podrían solicitarlo todos los tenedores de rublos o solamente países, Bancos Centrales u otras instituciones o corporaciones?
En realidad estas preguntas son detalles sin importancia, el mero hecho de esa conversión remodelaría el mundo monetario que conocemos en la actualidad planteando importantes desafíos a Occidente.
Primero, durante años, Moscú ha manifestado una nula voluntad de permanecer sujeto a la malla monetaria liderada por EE.UU. y sus aliados de la OTAN y así lo ha declarado públicamente, en más de una ocasión, el asesor económico a largo plazo del presidente Putin, Sergei Glaziev.
Rusia tiene una estrategia muy clara al respecto y está dispuesta a jugar duro frente a Occidente. El pasado mes de noviembre, el gobernador del Banco Central de Rusia tomó la inusual iniciativa de mostrar, ante la prensa internacional, el esfuerzo realizado en la compra de oro físico. Este episodio, que muestra el malestar que provoca la hegemonía del dólar, también puede interpretarse como una presentación pública de los arsenales existentes en caso de una guerra monetaria.
Segundo, y a pesar de la presión internacional, Rusia ha sido muy comedida en las políticas de venta masiva de oro que llevaron a cabo Reino Unido, Francia, España e Italia en la última década para tratar de apuntalar sus maltrechas economías. El entonces primer ministro británico Gordon Brown autorizó, por ejemplo, la venta de 400 toneladas métricas de las reservas del Reino Unido a precios increíblemente bajos.
La sorprendente decisión adoptada por las autoridades rusas, ante la rápida caída del rublo experimentada en diciembre del pasado año, de no tocar las reservas de oro –que ocupan el sexto lugar en la clasificación mundial- deja muy a las claras la posición rusa respecto al oro. De hecho, a finales del mismo mes, las reservas rusas aumentaron en 20.73 toneladas, según datos del FMI, lo que constituía el noveno mes consecutivo en el que se incrementan las compras.
En tercer lugar, aunque la economía rusa es estructuralmente débil no se puede decir lo mismo de los fundamentos monetarios del país. Rusia no es una nación deudora y la mayoría de la deuda que posee es privada. Así que el cambio al patrón oro sería una posibilidad ideal, tanto desde un punto de vista geopolítico como dentro de sus fronteras.
El oro físico ruso representa el 10 % de las reservas de sus divisas. El déficit presupuestario -según una proyección realizada el pasado noviembre- se sitúa en 10.000 millones de dólares lo que representa menos del 1% del PIB. Por otro lado, la tasa de pobreza ha caído del 35% que regía en el año 2001 al 10% en 2010 y se estima que para 2020 el 86% de la población tenga la consideración de clase media.
El artículo presenta la información anterior con el fin de mostrar que la política rusa respecto al oro no es meramente especulativa. Son muchas las señales a ser tenidas en cuenta… y hay una lógica en cada una de ellas.
En realidad, tiene sentido desde un punto de vista geopolítico. La caída de los precios de petróleo parece responsabilidad de los EE.UU. que no quieren que Rusia disponga de un alto poder adquisitivo en el extranjero. Si el precio del crudo cae, también lo hace el rublo.
Sin embargo, si el rublo estuviera respaldado -en todo o en parte- en oro, el continuo declive que pesa sobre la divisa no sería ya un problema. La gente querrá tener rublos porque están respaldados por oro y este comportamiento llevaría aparejada la subida del rublo. Y este mismo comportamiento se extendería a proveedores y distribuidores internacionales.
Si China se sumara a esta idea y también respalda su moneda en oro, el equilibrio actual de poder en el mercado de las divisas seguramente comenzaría a cambiar. Insistimos, todo este escenario va más allá de una razonable especulación. Los BRICS –donde están presentes rusos y chinos- ya han manifestado su malestar con la gestión que realiza Washington con el dólar y, de hecho, están creando sus propias instituciones paralelas al Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM).
La supremacía del dólar está siendo seriamente amenazada con esta sucesión de movimientos, entre otros. Peor aún sería para Occidente -y los EE.UU en particular- si otros países tenedores de bonos en dólares estadounidenses se sintieran tentados en liquidarlos. Esta situación sería una auténtica pesadilla para la Reserva Federal (Fed) y Washington por el temor a que se dispare la inflación y quedara fuera de control.
Con tantas amenazas sobrevolando Rusia, como la actuación Occidental en Ucrania, uno se pregunta por qué las naciones occidentales, lideradas por EE.UU., continúan con sus oscuros proyectos. Da la sensación que los poderes monetarios tienen en mente algo radical que pasa por deshacerse de toda la reserva de dólares.
Nada de esto se hace público, por supuesto. Las maniobras en geopolítica van en una determinada dirección hasta que se logran los resultados deseados. Es “historia dirigida” y su culminación está en el dinero global con el que soñaba Keynes allá por los años 40.
El mundo está, sin duda, en un proceso de cambio peligroso. El oro -a pesar de sus críticos- sigue siendo el dinero metal dominante en el planeta. Así que su rehabilitación en el sistema sería ciertamente posible.
Fuente: Oro y Finanzas
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